Pocas son las personas que no conocen esta raza. El San Bernardo es un perro con una interesante historia.
Tenemos que remontarnos hasta el año 1049, donde Bernardo de Menthon funda el Hospicio del Gran San Bernardo en los pasos del Gran Monte St. Bernhard, a 2.469 metros sobre el nivel del mar, en los alpes italianos.
Los monjes que allí vivían criaron a partir del siglo XVI perros grandes de montaña para guardia y vigilancia. Estos perros pronto se utilizaron como perros de escolta y, especialmente, como perros de salvamento para viajeros perdidos en la niebla y la nieve. Dando origen a multitud de historias de salvamento y rescate en las montañas que difundieron su fama por toda Europa en el siglo XIX.
Fruto del cruce de estos grandes perros de montaña generación tras gerenación nace el San Bernardo tal y como lo conocemos hoy. Un perro grande y tranquilo de elegante porte que se se convirtió en símbolo de Perro de Rescate.
"Aunque hubiera dos o tres metros de nieve fresca, podían abrir un camino en la nieve para que los viajantes pudieran seguir adelante. También pueden encontrar a los viajeros perdidos en las avalanchas," dijo el hermano Frederic.
Hoy en día sigue en pie el Hospicio y los perros que alli se crian para el rescate. Aunque los tiempos cambian y la tecnología hace prescindibles los servicios del San Bernardo que desde hace mas de cincuenta años no salva peregrinos.
Los monjes del Hospicio del Gran San Bernardo, cuatro hoy en día, piensan dedicar más tiempo a las personas necesitadas que a sus 18 perros. Animales que pueden llegar a pesar 65kg. y necesitan dos kilos de carne al día.
Los helicópteros y tecnologías como los sensores de calor, darán al San Bernardo un merecido descanso y lo relegarán a otras tareas en las que también ha demostrado sus dotes, como por ejemplo la de Niñera.
Los perros serán vendidos a personas que deseen traerlos al Hospicio durante el verano, cuando a los turistas les gusta ver a estos símbolos vivientes de Suiza, y para garantizar la continuidad de la raza.
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