Interesante reflexión la que hace José Lefelman Schwart en elmundo.es blogs en el que habla sobre la necesidad de tomar medidas sobre los pipis y las cacas de los perros en las calles de madrileñas.
"Miles de litros de pis diarios, cientos de miles de litros semanales, millones al cabo del año se vierten en las farolas, los postes de señalizacion, las paredes o las baldosas de nuestras calles. Orines que huelen a tales, que impregnan nuestro espacio público. Orines que se secan, pero que vuelven a tener su capacidad odorífera cuando caen unas pocas gotas de lluvia."
Después de leer esto cualquiera podría pensar que en Madrid corren verdaderos ríos de pipí sobre los que navegan sin frumbo una flota de cacas de perro, (un poco exagerado). Aunque por otro lado, si pensamos en la cantidad de perros que hay y que no todos tenemos solo un perro...
En mi opinión el problema esta en una falta de educación ciudadana. De todos es sabido las diferencias que existen entre España y otros países en cuanto a limpieza urbana se refiere.
Creo que todo cambiaria un poco si la visión que tenemos de nuestra ciudad fuera la de una prolongación de nuestra propia casa y no algo ageno a nosotros sobre lo que no tenemos ninguna responsabilidad. A todos nos gusta pasear por unas calles limpias, pero muy pocos evitan ensuciarlas.
Vomitos, mocos, pipí y caca de personas, papeles, cartones, cascaras de fruta, botellas, latas, colillas, pintadas son el paisaje habitual en las calles españolas.
Solucionado esto será más fácil exigirnos enseñar al perro a no hacerse pipí en la calle y esperar hasta que lleguemos a un sitio habilitado para ello y si hace caca se recoge con bolsitas que se venden para estos menesteres.
No hace falta complicarse tanto, solo es necesario concienciarse de que vivimos en comunidad y debemos respetar a los demás, tengamos perro o no.
En mi opinión el problema esta en una falta de educación ciudadana. De todos es sabido las diferencias que existen entre España y otros países en cuanto a limpieza urbana se refiere.
Creo que todo cambiaria un poco si la visión que tenemos de nuestra ciudad fuera la de una prolongación de nuestra propia casa y no algo ageno a nosotros sobre lo que no tenemos ninguna responsabilidad. A todos nos gusta pasear por unas calles limpias, pero muy pocos evitan ensuciarlas.
Vomitos, mocos, pipí y caca de personas, papeles, cartones, cascaras de fruta, botellas, latas, colillas, pintadas son el paisaje habitual en las calles españolas.
Solucionado esto será más fácil exigirnos enseñar al perro a no hacerse pipí en la calle y esperar hasta que lleguemos a un sitio habilitado para ello y si hace caca se recoge con bolsitas que se venden para estos menesteres.
No hace falta complicarse tanto, solo es necesario concienciarse de que vivimos en comunidad y debemos respetar a los demás, tengamos perro o no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario